Recién acaba de publicar su primera novela Proyecto ficción, una lectura que me sorprendió de manera extraordinaria.
Este escritor barcelonés dirige una papelería-librería, reseña obras autopublicadas y colabora con la revista Mamut.
Además dirige junto a la escritora gallega Miriam Beizana la web de crítica literaria A Librería.
Esta semana en #contraportada, entrevista al escritor de fantasía y con ciertos tintes a ci-fi, David Pierre.
Y nos responde con su peculiar modo para describir los detalles con el que captó por completo nuestra atención.
M.M.: Publicaste Proyecto ficción en el mes de marzo. Tienes una librería, haces reseñas literarias, colaboraciones…, ¿cuándo escribe David Pierre?
D.P.: ¡Eso mismo me pregunto yo! ¿Cuándo leches escribo? En realidad, como trabajo por la mañana y por la tarde, busco cualquier momento para hacerlo. Suelo escribir durante los mediodías y después de cenar (si me queda energía). También aprovecho los días festivos y los domingos. Y si no me pillan, aprovecho algún rato muerto en la papelería (aunque no hay muchos).
M.M: ¿Cómo nace Proyecto ficción?
D.P.: Nace tras una gestación de varios años. Le ha costado salir a la criatura. No, en serio, Proyecto ficción nace de mi deseo de explicar una historia y expresar a la vez lo que siento (como casi todas las historias, ¿no?). La idea inicial giraba en torno a una obsesión (que se mantiene en parte en Proyecto ficción), porque soy de obsesionarme bastante con las cosas. Más de cabeza que de acción, en realidad. De ese carácter que me persigue y de sus consecuencias nace una historia que, en clave metafórica, pretende cuestionar el papel del individuo en el mundo y en la sociedad. Echando un vistazo a la sinopsis ya podéis intuir a qué me refiero.
M.M.: ¿Qué nos contarás en tu libro que nos va a sorprender?
D.P.: Bueno, hay algunos chistes malos que seguro que os sorprenden. Todo es bastante épico y molón y esas cosas hacen del texto algo más distendido. Pero lo que puede sorprender a lectoras y lectores es sin duda la ciudad de Nehers, fría y distante, un pequeño (pero grande en la percepción de los protagonistas) mundo que es casi un personaje más.
M.M.: Algo que caracteriza esta historia es la manera en cómo cuentas las cosas, la capacidad para representar lo abstracto y lograr que el lector visualice tu mundo. Describes muy bien los detalles. ¿Es complicado lograr el equilibrio entre la realidad y la fantasía para hacerlo verosímil?
D.P.: La verosimilitud es lo más importante que hay que perseguir cuando contamos historias de este tipo (y de cualquiera, en mi opinión). Es difícil lograr que todo tenga lógica dentro de un universo y más si se ha creado desde cero, pero para ello está la famosa técnica de releer mil veces una novela hasta dejarla lo más pulida que puedas. En realidad no es famosa. Me la acabo de inventar, pero podríamos hacer campaña.
M.M: Me han gustado mucho los dos personajes principales. Se escapan de cierta manera de lo convencional. ¿Cuánto tiene de ti Ben, y qué tiene de ti Verna?
D.P.: Creo que Ben tiene más de mi yo de hace unos años que de mi yo actual. Empecé a escribir la novela en un momento complicado y ahora ese momento es ya un recuerdo y alguna que otra pesadilla. Así que lo que veo reflejado en Ben son los miedos del pasado y una manera de actuar que escapa de tomar decisiones. Verna se parece más a mi yo actual porque la parte en la que aparece ella empecé a escribirla bastante más tarde. Creo que esto se ha notado, pero también es intencionado. Cuando creé a Ben quise huir del típico protagonista molón-fortachón-machote pelo en pecho. Y cuando creé a Verna quise dejar claro que era el personaje más fuerte y poderoso de la novela. Y espero haber conseguido expresar esto.
M.M.: También tenemos la existencia del misterioso personaje de El Narrador. Sin desvelarnos nada importante, ¿es tal vez la filosofía del escritor la que nos habla a través de ese protagonista o voz?
D.P.: El narrador es muchas cosas. Tantas que no puedo ponerlas por escrito, por mucho que me pese. Prefiero que cada lectora saque su interpretación.
M.M.: Junto a la maravillosa escritora intimista Miriam Beizana, fundáis la web literaria A Librería. ¿Cómo nace esta iniciativa?
D.P.: Miriam y yo sentíamos el deseo de dar a conocer al mundo nuestra opinión sobre los libros que leíamos. Cuando nos conocimos, no tardamos en conectar gracias a la literatura, pero también gracias a la forma que tenemos de ver la vida. Queríamos hacer algo juntos, pero lo que escribimos se encuentra muy alejado. Ella escribe una preciosa literatura intimista y yo fantasía. Aunque no descarto que alguna vez escribamos algo a cuatro manos, en ese momento no estábamos preparados. Y de esa unión y ese deseo nació A Librería.
M.M.: También colaboras con la revista Mamut. ¿Podremos leer pronto algún otro relato que complete el mundo que nos presentas en Proyecto Ficción? ¿Nos puedes adelantar algo?
D.P.: En el último número de la revista Mamut, que lleva por título Ciberalmas (y que ya está disponible), podéis leer un relato mío llamado Escombros. Ese relato está ambientado en el universo de Proyecto ficción, pero puede leerse tanto antes como después de leer la novela. Comparten un personaje, pero se enmarca bastante antes en la línea temporal.
M.M.: Has sido jurado de los premios Guillermo de Baskerville 2017 de Libros Prohibidos. Dinos la verdad, ¿algún participante te ha intentado sobornar?
D.P.: Lo cierto es que no. A parte del jamón, el fin de semana en Punta Cana, la cesta de libros y los tetabricks de vino. Claro, tuve que ponerles un 10 a todos. Aunque eran antologías maravillosas que bien se lo merecían.
M.M.: ¿Eres un escritor de brújula, o elaboras una escaleta antes de empezar?
D.P.: Me definiría como un híbrido, o como un escritor de ensayo y error. Muchas veces me digo a mí mismo que soy idiota por no tener paciencia. Porque la impaciencia juega malas pasadas y aporta malos resultados a textos con mucho potencial. A veces es el tiempo el que no me permite currarme los textos como se merecen. Aunque reconozco que desde que escribí Proyecto ficción sé organizarme mejor. Tengo un worldbuilding hecho y todo. Y lo de la escaleta lo he probado, pero siempre acabo por cambiarla de orden, eliminar escenas, eliminar personajes, cambiarles de nombre, el que acababa siendo el malo final se vuelve un colega inesperado…
M.M.: ¿Alguna vez sufriste el llamado bloqueo del escritor? ¿Qué haces para volver a recuperar la inspiración?
D.P.: No me he sentido así de momento. Si un texto tiene un objetivo claro, soy capaz de escribir durante bastantes horas seguidas de forma fluida. A veces me sobrecarga, eso sí, y entonces redacto una reseña pendiente o una entrada en mi blog para distraerme.
M.M.: Poniéndonos curiosos y sin pensar mucho en las respuestas, ¿qué no suele faltar en tu mochila o bolsillo?
D.P.: Un bolígrafo. Que luego me dicen que cómo puede ser que un escritor no lleve uno encima.
M.M.: ¿Una canción que siempre escuchas en tu reproductor de música?
D.P.: Coming Back to Life, de Pink Floyd.
M.M.: ¿Y otra que te levante el ánimo, pero que te avergüence reconocer?
D.P.: Bomba, de King África. Es que me hace mucha gracia que se pueda entonar una canción a partir de ese concepto.
M.M.: ¿Qué libro de otro escritor o escritora, te hubiera gustado escribir?
D.P.: Me gusta mucho como escribe Alicia Pérez Gil. Me encanta su estilo. Si logro escribir una historia la mitad de buena que la peor de las suyas… Ya seré feliz. Barro me parece una obra maestra, y también Carne. Son historias muy breves y muy intensas. Justo lo que me va y a lo que aspiro.
M.M.: ¿Qué libros están encima de tu mesilla a medio leer todavía?
D.P.: Actualmente estoy leyendo Gaedheal de… ¡ostras, de la entrevistadora! Es una pasada. Estoy deseando hablar de él en A Librería.
M.M.: Un libro que has leído más veces de las que puedes recordar…
D.P.: Nada, de Carmen Laforet. Mi despertar en la literatura y en la vida. Siempre será mi lectura favorita y la recomendaré hasta la saciedad.
M.M.: Otro que te hizo llorar…
D.P.: Esto es raro, pero lloré con El señor de los anillos y también con El Quijote. Es que… Jo. Pobres hobbits. Y no llevo bien que los seres humanos pierdan su identidad (si nos fijamos bien la historia del caballero de la Mancha es una historia muy triste).
M.M.: ¿Qué es lo más impactante que te ha dicho alguien que leyó tu libro?
D.P.: Que es compleja, fascinante y que es distinta a todo lo que han leído.
M.M.: ¿Y lo más extraño?
D.P.: Que es una novela juvenil distópica. Porque no es ni juvenil ni distópica.
M.M.: ¿Te cuesta poner nombre a tus personajes o a los lugares de tu mundo? ¿Alguna técnica o recurso que te facilite esta tarea?
D.P.: No me cuesta en absoluto. A veces ideo nombres temporales para ir haciendo (se me ocurren y ya) y luego los sustituyo por unos con sentido. Siempre tengo a mano mis diccionarios de latín y de griego en los que busco traducciones de palabras que expresen lo que un personaje o lugar son y luego las reinterpreto. Un ejemplo es la ciudad de Nehers, que es una deformación de la palabra nihil (nada) en latín. Ahí lo dejo.
M.M.: El camino del héroe… ¿es un patrón por el que el que se deben definir todos los relatos de fantasía?
D.P.: Para nada. La fantasía tiene muchas manifestaciones que no se explotan lo suficiente hoy en día. Ejemplos de esto son la fantasía onírica (Barro, de Alicia Pérez Gil) y el bizarro (Bienvenidos al bizarro, antología de relatos de Orciny Press). Me encantan estos dos subgéneros y ninguno de los ejemplos que cito empieza con el camino del héroe.
M.M.: ¿Alguna manía que desconozcamos que tengas a la hora de ponerte a escribir?
D.P.: Necesito silencio absoluto y mucha luz. Sino, me da la sensación de que mis sentidos están mermados.
M.M.: ¿Qué autor o autora que ya no vive, te hubiera gustado conocer?
D.P.: A Carmen Laforet. Hubiese querido conocer el verdadero porqué de su silencio literario.
M.M.: ¿Y otro con el que no te importaría coincidir en un ascensor?
D.P.: Javier Miró. Es un autor actual que me parece un ejemplo de trabajo y esfuerzo constantes. Y es un coco. Le admiro mucho.
M.M.: Las redes sociales son…
D.P.: Son muy esclavas. Pero hay que hacerse el ánimo. Me cuesta, porque las relaciones humanas no son lo mío (soy más de animales y plantas, qué le voy a hacer). Pero también se conoce a gente muy interesante en ellas.
M.M.: Pongámonos serios y algo intensos, ¿qué es para ti la Fantasía?
D.P.: Es la máxima expresión de la imaginación. Con ella podemos dar rienda suelta a lo que sentimos. Y fliparnos un poco y olvidarnos de la aburrida rutina. Que nunca viene mal.
M.M.: ¿Con qué curiosidad nos podemos encontrar si visitamos tu librería?
D.P.: Mi rincón favorito de la tienda es la parte de librería, claro, pero más concretamente la zona dedicada a los libros independientes y autopublicados. De momento ofrecemos títulos de Editorial Cerbero, de Alas Ediciones y de Miriam Beizana (su novela autopublicada Marafariña) y de un par de autoras más. Y estamos abiertos a más colaboraciones.
M.M.: En los universos y en la fantasía, ¿todo vale?
D.P.: Por supuesto que no. Debe imperar la lógica y nuestra amada verosimilitud. Recomiendo a quienes estén empezando a escribir fantasía el manual Cómo escribir fantasía, de Ana González Duque. Es la forma perfecta de iniciarse.
M.M.: Resúmenos Proyecto ficción en menos de diez palabras.
Proyecto ficción es buscar la identidad. Tanto propia como colectiva.
¡Gracias por animarte a participar en esta humilde página, David! Tu libro es una increíble obra literaria y espero que pronto nos sigas contando más sobre su mundo.
NADIE PUEDE HUIR DE LA MALDICIÓN DE LA NIEBLA
Por culpa de un desacuerdo con su padre, Ben se ve obligado a marcharse de casa.
Sin rumbo, el joven llega a los límites de Nehers, lugar en el que todo es frío y hielo, y una especie de embrujo comienza a congelar su piel, sus piernas, su cuerpo entero.
Tras caer en un conjunto de extrañas pesadillas en las que apenas se reconoce a sí mismo, el chico abandona su deshielo y empieza a descubrir el rompecabezas inacabable que trata de formar la distante y frígida Nehers. El dominio férreo del Orden y sus soldados. Un enorme monstruo blanco sin orejas. La magia azul… y la Maldición de la Niebla.
Si queréis conocer un poco más de este autor, visita su página aquí.