Cadáver Exquisito (nº 4)
Lo que empezó como un hobby, ahora es una interacción mágica con los que me seguís en redes sociales.
Hace aproximadamente dos meses, empecé una sección en mi Instagram (@maitemosconi) llamada #Microrrelatos: reels de relatos breves donde os cuento una emoción, un pasado, un cuento.
Gracias a todos los que continuáis con la trama y sois parte de estas pequeñas historias.
Con vuestra ayuda, se han convertido en un proyecto muy especial.
De día, era médico; de noche asesino.
¡Y no os podéis imaginar lo duro que le resultaba el cambio de hora!
Detestaba aquel injusto y podrido sistema que gobernaba su cuidad, en el que se dejaban libres a los criminales que habían herido o acabado con la vida de muchos que pasaban por su quirófano.
Por eso, en la consulta, escuchaba a sus pacientes, realizaba un par de preguntas y, con mucho cuidado, elegía a sus víctimas.
La información que recababa hablando con ellos, lo guiaba hacia a aquellos quienes les habían hecho daño.
Después, investigaba a esos criminales, los acechaba y, finalmente, les daba caza.
Antes de deshacerse de los cuerpos, también estudiaba su anatomía.
Este entrenamiento era justo lo que explicaba su pericia y habilidad en la cirugía, pues, en la negra cripta, cada noche, la carne fresca, la sangre, y la muerte eran maestros de la disciplina.
En la prensa lo llamaban «asesino», pero no le importaba, le daba igual. Él solo mataba a los que eran unos desgraciados maleantes, gente sin oficio ni beneficio, a los que nadie echaba de menos. Porque, en sus manos, tenía todas las armas para atrapar y acabar con esos cretinos.
Sí, se había convertido en una especie de Dr. Jekyll y Mr. Hyde. De día, era un salvador; por la noche, un sicario.
Pero nadie lo sabía ni lo sabría nunca porque así, era como salvaba la vida a cientos de humanos.
*
Colaboradores: @nereaaraujoautora; @almostel; @ocrambp; @martitamaro; @cmbarbadillo; @carolixavis; @peparianxo; @joaquin_rubal_geotur_galicia.