Esta semana voy a romper mi rutina.
Deseo hablar de Úrsula K. Le Guin, una escritora estadounidense de fantasía y ciencia ficción, cuentos para niños, y también algún que otro libro de ensayo y poesía, y que abrió muchos caminos con su narrativa.
La noticia de su muerte realmente me entristeció.
Empecé a leer su obra hará unos cinco años. Demasiado tarde, la verdad.
A veces te encaprichas con una historia concreta y te pierdes la oportunidad de conocer otros libros que son igual de buenos. Y eso mismo me sucedió con esta autora, que llegué hasta ella por casualidad.
Pero cuando me adentré en los universos de Úrsula K. Le Guin, me quedé atrapada por completo.
No te voy a repetir lo que seguramente viste y oíste en numerosos artículos a lo largo de la semana pasada. Puedes leer la vida de esta mujer, así como la sinopsis de sus libros, en la propia Wikipedia. Es más, te pongo el enlace aquí, a tan solo un golpe de clic.
Hoy, yo te hablaré de la razón por la que me encanta, la que me hizo enamorarme de ella. Pondré alguna que otra cita de sus novelas, que tengo anotadas en viejas libretas y que de vez en cuando releo en busca de inspiración.
Porque todas las personas que amamos la fantasía, (e incluso la ciencia ficción), deberíamos conocer la pluma de esta escritora.
Y ojalá que cuando acabes de leer el artículo, la busques, ojees entre sus obras y te animes a leerla.
Eso sí, no esperes tanto tiempo como yo.
La fantasía y su razón de ser.
Cada libro de Úrusla K. Le Guin está pensado y ejecutado como un cuento. Tiene una enseñanza.
Se narra incluso como si sucediese hace mucho tiempo, en algún lugar remoto y sí, en un mundo imaginario. Pero en él transcurre una historia que nos va a aportar algo importante, un mensaje trascendental para su personaje… y para nosotros.
Sus universos son increíbles y muy elaborados. La mitología que se muestra en ellos es compleja, pero todo se desarrolla en un segundo plano de modo que el lector lo comprende sin necesidad de aportar explicaciones concretas.
Y la moraleja que se transmite al final de cada novela, es tan importante como el universo que te plantea.
«Nunca te rindas sin haber luchado, porque estarás despreciando la fuerza y la obstinación de aquellos que lucharon y lograron alcanzar sus sueños imposibles.»
Es el principio de un gran viaje.
Sus libros son una fábula sobre la humildad y el proceso de aprendizaje, ligados de manera muy estrecha al conocimiento de uno mismo.
Porque como bien nos relata, no debemos huir nunca de lo que nos asusta, porque para ser uno mismo, tenemos primero que deshacernos de la contrafigura oscura que nos acompaña.
Y esta premisa va muy unida a la idea de la moraleja de sus universos. Pues en todos ellos, el protagonista hace un viaje, tanto interior como exterior, en busca del equilibrio que dé sentido a su vida, y en el que Le Guin nos empuja a no perder la esperanza.
«Un mal camino puede llevar a buen fin, después de todo.»
La magia no se enseña, se aprende.
El poder de la magia, con un carácter místico, debe ser ejercida con responsabilidad, pues su uso tiene una enorme repercusión… y quién la utilice cambia según las experiencias que tenga con ella.
«Ged había sido esbelto, fuerte y alegre. Y ahora, derrengado por el dolor, caminaba con paso dudoso y vacilante, y no levantaba el rostro, cuyo lado izquierdo estaba marcado por las cicatrices.»
Y debido a esa experiencia, el héroe puede cambiar y encauzar su destino. Y volvemos a encontrar la razón de la lucha, a enfrentarnos a la moraleja que la autora nos plantea como un aprendizaje que da sentido a nuestra existencia. ¡Brillante!
«Desde aquella noche en el Collado de Roke, su deseo se había vuelto tan contrario a la fama y a la gloria como antes había estado a su favor.»
El valor de las palabras.
De hecho, en una de sus grandes obras como es Terramar, la palabra cobra un sentido extraordinario.
A través de ella sucede la magia, pues en el poder mágico se incluye el verdadero nombre de las cosas. Por tanto, quién conoce los nombres, domina las cosas.
Y este es un mensaje maravilloso con el que también se puede entender el trabajo de una escritora como Úrsula K. Le Guin, y que tiene tal control sobre el nombre de las palabras, que es capaz de crear magia en cada una de sus historias.