Dos años. Dos años tardé en diseñar las portadas de Helheim.
Dos años en crear las imágenes, en lograr plasmar la idea, girando la cara de la protagonista, dividida en dos folios, viendo cómo y de qué manera encajarían mejor en el juego que se me había ocurrido y que deseaba, con toda la ilusión del mundo, poder hacerlo realidad.
Seguramente alguien con conocimientos de diseño de imagen lo hubiese logrado en menos tiempo; pero como yo no los tengo, me pasé dos años y seis meses con dos trozos de papel y la cara de Tania (@violettelight) bosquejada en ellos, yendo conmigo a todas partes, mientras le daba vueltas, lo giraba y otra vez a empezar, para comprobar cómo se ajustarían mejor sin que se descompusiese la fotografía o sin que el lector se matase en adivinar el juego.
Además de pensar con qué colores lo quería. Además de pensar en el gesto de la protagonista. Además de ir a la estación de Adif de A Coruña (a los que agradezco su amabilidad), para sacar las fotografías con el enfoque adecuado, con la estación de tren como fondo y ambientación, tal como lo había soñado.
Y luego, no digamos el rompecabezas que le provoqué a la ilustradora para que me entendiese y captase la idea y poder así adaptarla… Y con el maquetador.
Es posible que, a partir de hoy, (o más bien de junio de 2023 que es cuando publiqué la bilogía), tras la sorpresa inicial y la novedad, decenas de escritores del mundo, atraídos por este juego, también decidan pedir a su ilustrador que hagan un diseño parecido o del estilo para su portada. Incluso pueda que les digan que hagan algo igual, pero con el protagonista de su novela.
Pero dentro de mi inocencia, me gustaría que alguien le dijera a ese creador: «la primera en llevarlo a cabo fue una autora española. A ella se le ocurrió».
No necesito ni que recuerden mi nombre. Solo que se acuerden de Helheim.
No porque busque reconocimiento (que ojalá el mundo entero conociese esta historia). Más bien, como digo, por el respeto hacia el arte y la creación en general; y en particular, por el trabajo y el esfuerzo que hay detrás. Por Tania (que puso cara a Syn totalmente voluntariosa y decidida) y porque gracias a ella, a su mirada y al juego de las dos portadas, más de uno os habéis sentido atraídos y, tomando los dos volúmenes de una estantería cualquiera, os habéis puesto a jugar en la librería haciendo que nuestra protagonista guiñara un ojo, los cerrase y os hiciese, a vosotros, abrir los ojos a la realidad.
Y la originalidad debe valorarse.
Por lo demás, espero que os guste esta historia distópica.
Si os atrevéis a leerla, ¡gracias por jugar con Syn!
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Felicitaciones, excelente trabajo
Muchísimas gracias y gracias por leerme. 🙂